No podía faltar en mi repertorio de recetas una a base de galletas y chocolate, porque como siempre, es una de las triunfadoras en casi todas las celebraciones.
Como no me gusta elaborar los dulces siempre de la misma manera, en esta ocasión he decidido darle el toque distinto a esta tarta añadiéndole una capa de dulce de leche. Mi conclusión al respecto es que si queréis lamer y relamer la cuchara y el plato hasta dejarlos brillantes como una patena, esta es sin duda alguna vuestra tarta. ¡El resultado es inmejorable! De sabor intenso, la galleta ni se aprecia entre tanta variedad de sabores que parecen hechos especialemente para estar unidos en este exquisito dulce. Desde hoy mismo, mi tarta de galletas favorita.
Ingredientes (para un molde de 20 cm. de diámetro y dos capas de galletas):
- Un rulo de galletas maría.
- 125 g. de chocolate negro para fundir.
- 75 g. de mantequilla.
- 1 huevo.
- 50 g. de azúcar.
- 150 ml. de agua.
- 3 cucharadas pequeñas de café instantáneo.
- 1 cucharada de whisky (opcional)
- 1 o 2 hojas de gelatina neutra (opcional)
- 200 g. de dulce de leche (opcional, la original no lleva)
- nueces picadas o almendras fileteadas para decorar (opcional).
1) Picar el chocolate con un cuchillo para que sea más fácil su fundido.
2) Batir el huevo con el azúcar.
3) Derretir la mantequilla e ir incorporándola a la mezcla de huevo poco a poco para que éste no cuaje y se equilibren las temperaturas. Mezclar bien.
4) Incorporar el chocolate. Si la mezcla no está lo suficientemente caliente la pondremos al baño maría unos minutos sin dejar de mover (muy importante esto para que el huevo no cuaje), hasta que se derrita del todo. Esta técnica es mejor si el bol en el que tenemos nuestra mezcla no toca el agua del cazo que tenemos debajo. Aunque es un proceso más lento que el habitual, merece la pena ya que así evitamos que el chocolate pueda quemarse. Cuando veamos que queda poco para que el chocolate se funda completamente lo retiramos del calor y continuamos moviendo hasta que se haya derretido el todo. Añadir las hojas de gelatina, previamente hidratadas.
5) Si queremos añadirle la capa de dulce de leche debemos calentarlo para poder extenderlo con más facilidad, ya que tiende ha estar muy denso y compacto.
6) Diluír el café en el agua y añadimos el whisky.
7) Montar la tarta. Para la primera capa, bañamos las galletas en el café y las estendemos sobre el molde. Cubrimos con dulce de leche y volvemos a poner otra capa de galletas. Finalmente, cubrimos toda la tarta con la mezcla de chocolate y dejamos enfriar un par de horas.
8) Por último, decorar al gusto con las almendras, el coco o las nuesces troceadas.
Consejos: Como veréis no he hecho muchas capas, pues es muy dulce y más cantidad resultaría muy empachosa. Para mí tiene la altura perfecta, pero si sois unos locos del azúcar os aconsejo que añadáis una capa más, también con dulce de leche. Si no os gusta mucho el dulce de leche, doblar o triplicar las cantidades de los demás ingredientes y sustituirlo por capas de chocolate. En ese caso decorarla con nueces, pues le dan un sabor fantástico a la tarta.