Galletas fritas

Este es uno de los primeros dulces que hice en mi vida. Apenas tenía nueve o diez años cuando, junto a mi padre, me puse manos a la obra a elaborar este exiquito bocado de galletas. El legado es de mi abuela y, como no podía quedar en el olvido, lo he ido realizando a lo largo de mi vida para no perderlo.

Antes no se veía, pero últimamente, en algunas tiendas y confiterías comienzan a vender este dulce tan añejo, que entre otras cosas, es un auténtico placer para el paladar.

Desde luego, un dulce que une tradición con modernidad. Y que perdure por mucho tiempo...

Ingrediente:

• Natillas (caseras o una bolsa del preparado de cualquier marca).
• un rulo y medio de galletas (o la cantidad que queramos hacer).
• 2 huevos pequeños.
• 3 cucharadas de azúcar.
• 1 cucharada pequeña de canela.

Elaboración:

1) Preparamos las natillas. Debemos tener en cuenta que deben quedar bastante espesas para que cuando hagamos las galletas no se derrame por los lados. Es recomendable hacerlas con un día de antelación para que cuajen bien.

2) Rellenamos las galletas a modo de sandwich.

3) Una vez estén listas, en una sartén, vertemos suficiente cantidad de aceite y lo ponemos a calentar.

4) Mientras batimos los huevos y vamos bañando en ellos la primera tanda de galletas que pondremos en la sartén cuando el aceite esté caliente. Para que no salpique, bajaremos el fuego al mínimo. Las freimos hasta que queden doradas.

5) Repetimos este proceso hasta terminar todas las galletas, que iremos poniendo sobre un plato con papel absorbente para recoja el aceite sobrente.

6) Las dejamos enfriar un poco y preparamos en un bol el azúcar con la canela, mezclándolo bien.

7) Rebozamos las galletas en el azúcar y dejamos que terminen de enfriar.